La Magia De Las Calles

La magia de las calles fluye a gran velocidad cuando se cruzan nuestras miradas. En las calles concurridas de gente leemos decenas de historias en los ojos de los demás. Influye la hora del día, el tipo de iluminación, el ruido, la climatología...

Por eso amo las calles prácticamente peatonales de mi caracola. Tiene plazas soleadas, rutas alegres por donde pasean personas tranquilas y despreocupadas, y las sonrisas cómplices son tan contagiosas que pueden hacer temblar de emoción. Tiene rincones algo más escondidos por donde vagan en pena los que se despertaron con una aflicción no pasajera, no miran a los ojos pero son conscientes de que son observados como todos, y también alimentan la esperanza de poder compartir una sonrisa, quizá rota, arrugada, ensombrecida, pero optimista al fin y al cabo.

El alma se enriquece cuanto más intercambia estos sentimientos a diario, con tan poco esfuerzo y tanto beneficio.

Hoy me siento guapa, la mañana me ha dado tiempo para alisar mi pelo, aqunque como siempre los rizos se oponen a morir; he conseguido alisar, solamente, la parte delantera de mi melena....me gusta esa mezcla. Los vaqueros saben amoldarse como nadie a mi cuerpo, un jersey que deja entrever el volumen de mi pecho, tacones y listo (aunque las deportivas son las favoritas de mis pies). Camino con eguridad...el viento choca contra mi cara y el pelo baila su danza...he decidido llevar el ipod, porque por la hora que es el metro va a estar a tope y no podré abrir el libro que llevo en el bolso...escuchando a Jorge Dexler mi mirada se cruza con la de muchas personas, algunas hablan con sus ojos...un piropo desde un coche...la verdad nunca me han gustado los piropos fáciles.... LLego a un paso de cebra, una fila de coches se detiene para dejar pasar al ciudadano de a pie...al cruzar miro a los ojos de los conductores...me prugunto si tu serás uno de ellos, o tal vez aquel de la moto (su mirada parece ser mágica)...o tal vez quien está sentado a mi lado en el metro...

Mañana las calles me regalarán otra dosis de su magia diaria, si estoy atenta tal vez veo una huella de mi unicornio

Es una tarde de otoño soleada, entre las ventanas de mi casa percibo la calidez de los rayos de sol asomandose entre nubes claras.
Aparece en el dintel de la puerta y me invita a dar un paseo.

Caminamos , cogidos de la mano, bajo una ténue lluvia de hojas secas que van dejando a los árboles desnudos para el invierno y que ponen bajo nuestros pies una mullida y colorida alfombra de Naturaleza, mientras el revoloteo de las aves pone movimiento en el cielo y música en el aire.

Nos cruzamos con grupos de caminantes, con parejas que siguen caminando de la mano en el umbral de sus dias, con andantes solitarios imbuidos en la música de sus mp3... unas miradas , unas sonrisas se cruzan.

Respiro tranquila, serena, mientras oxigeno mi alma por los parques de mi ciudad.

La ciudad impregna de recuerdos mi mente, hace un tiempo que cuando paseo por ella, me invade la añoranza y me refugio en algún lugar, para que sus ventanas, sus balcones, sus portales, no me invadan el corazón...