Compañeros de viaje

Recientemente (bueno, no tan reciente, pues esta "actividad" por desgracia me acompaña ya desde hace un par de añitos), visito hospitales, no ya por consultas médicas, sino también, en estancias hospitalarias, que han sido de mayor o menor duración, e incluso con distinto final.

Lo común a todas esas estancias y visitas, es que he tenido la "suerte", (a lo mejor sobran las comillas) de compartir habitación con gente estupenda, pues de todos es sabido, que, hay que acertar, ya que cada uno en su casa es especial, y ccuando salen, pues piensan que es una prolongación de su casa.

Pero, como por desgracia, he conocido mucha gente, he podido comprobar aquello de que la gente, en principio es buena, que de prmeras se intenta hacer el bien, y que, a veces se está tan sólo/a en este lugar llamado mundo, que necesitamos encontrar a alguien nuevo en esta vida para desahogarnos.
Ayer mismo, con el último "compañero de viaje", tuve una charla, que a mi me agradó porque me sirvió para hablar inclusive abiertamente, de mis sentimientos, cosa que, tampoco suelo hacerlo, sobre temas como la pareja, el papel de la mujer; lo que es una conversación amena, distraída, pero que para mí, era de tal importancia, pues no dispongo de muchas oportunidades de poder hablar de mí, últimamente. Pero ese compañero, me contó su vida, sus últimos años de vida, en el plan que antes he dicho: desahogo, pienso que necesitaba abrir su voz, a alguien; recién diagnosticado de la enfermedad tan maldita, con el miedo propio a iniciar el tratamiento, y pendiente de determinar el total alcance de su lesión. El hombre, se enamoró, dejó su tierra por amor, le abandonó su pareja, se hundió y volvió a salir. Y se merece, ójala lo logre, seguir adelante, porque, nadie diría que lleva dentro todo lo que contó de sufrimiento.

Y en el fondo pensaba yo para mis adentros: hemos (por mi familia) tenido buenos compañeros de viaje durante todas estas estancias, ya que, a las penas de las enfermedades, si tienes que añadir pegas por convivencias hospitalarias, pues se hace menos llevadero, pero no... gracias a Dios, algo positivo, como en todo, ha habido.

Os ha pasado alguna vez esto de recibir confesiones anónimas? de sentir que necesitaba la otra persona hablar? A mí me gustaría hacerlo, si hablar de modo general es un triunfo para mí, un tono más personal, liberar emociones, sería un gran paso.

Buena tarde para todos.

Pues si,más de una vez habrá pasado y es entendible perfectamente.
Hay ciertas situaciones "limite" por llamarlas de algún modo,que pueden con nosotros y a las personas que tenemos cerca y que queremos,desahogarse con ellas nos causa cierto sentimiento de culpa,por hacerles sentir también mal y como necesitamos hacerlo,a la minima oportunidad que creemos que se presenta la ocasión,pues nos lanzamos y acostumbra a ser un desconocido,el cual al no estar emocionalmente afectado contigo,puede hasta ser más objetivo en su apreciación o consejo.
¿Porque crees que tienen tanto trabajo los psicologos?
Porque a falta de desconocido cercano,ellos son la alternativa.

Sí, el psicólogo es una ayuda algo más extensa que una necesidad de comunicación, aunque menos accesible, y menos efectiva en cuanto a rapidez, como lo es una comunicación espontánea como la que citamos.

Porque al igual que tú, a veces he pensado, que la consulta del psicólogo consiste en eso, en hablar.

Y.. es que no es solo que te escuchen,sino que te entiendan o como mínimo empaticen y no es fácil,nada fácil.
Yo lo acostumbro hacer con mi hermana,pero siempre y cuando sepa que ella esta en un momento optimo para ello,sino como la mayoría para nuestros adentros.

pues sí Novatha, soy buena "escuchadora" y la gente se ha abierto muchas veces a mí. Han descargado su sufrimiento, desánimo, desesperanza...durante estos últimos años, forma parte de mi trabajo...
trato de ayudar en la medida de mis fuerzas... pero también tengo que confesar que después me cuesta desconectar, que ese dolor que me transmiten... a la corta o a la larga, me afecta bastante.

De ahí que estoy convencida que existe mucho dolor y mucho sufrimiento... y un porcentaje importante de personas con enfermedades mentales mayor del que creía.

De todas formas, es bueno desahogarse, creo que es el primer paso para una recuperación, el verbalizar y compartir lo que nos oprime....
yo también lo he hecho, ahora no recuerdo si alguna vez con desconocid@s, pero es curioso, hay cosas que oculto a mis amigos de siempre y por supuesto a mi familia... y que sin embargo suelo comentar con una de mis compañeras, con la que tengo más feeling...

saludos

Creo que todos necesitamos a veces desahogarnos, y acabamos por encontrar la persona que sentimos que puede ser buena receptora.

Y en ese momento creo que nos da igual si es conocida, o no, allá va.
También creo que hay gente muy sola y que acaba contándoselo a cualquiera que pasa....en fin, para que luego digan de las cosas que contamos por internet...


Pd. Novatha...espero que todo vaya bien. Besitos

Golondrina, gracias; lo mío, de mi alrededor, quiero decir, es crónico. Paciencia debo tener. Aunque me quede sin pilas a veces...

Pelusa, a mí también me sucede por mi trabajo, que debo escuchar cosas de todo tipo, pero que en común son penurias económicas, y claro, acaba una con una sensación de confesionario de Gran Hermano, aunque la experiencia ya me hace distinguir quien de verdad lo "vive" y quien de verdad no, lo cierto es que hay mucha "vida" detrás de una mesa, de un mostrador. Y no cuesta nada poner dos oídos, sólo escuchar, ayuda mucho.

Hay mucha soledad y mucha necesidad de "comunicar", en un mundo-sobre todo en las ciudades- donde las prisas y el celo a la preservación de la intimidad son moneda de cambio.

Vivimos en una burbúja, más o menos grande, dependiendo del número de personas con las que nos relacionamos de forma habitual, pero no siempre podemos contar con esas personas para desahogarnos, bien sea porque no queremos preocuparlas con nuestros problemas o también porque sus respuestas no son siempre las adecuadas o las que nos gustarian. Hay gente que no sabé reaccionar bien.

Soy "escuchadora" y la verdad es que encuentro poca gente que sepa escuchar y menos aún establecer un diálogo, donde fluyan las emociones con comodidad. Por lo que llega un momento en el que acabas harta de los problemas de los demás, sin que ni siquiera te hayan dado la oportunidad de exponer los tuyos. Por ese motivo es más fácil hablar con alguien que no te conoce y por lo tanto no te juzga, ni te importa si lo hace.

En un hospital tenemos las defensas más bajas, las emociones a flor de piel y tiempo; es un lugar y un momento estupendo para las confidencias. Y una suerte encontrar gente con ganas de DIALOGAR.

Espero que tengas ánimos y paciencia para continuar el camino.

Hola novatha, yo, me siento confusa ante la pregunta.

Como soy más rara que un perro verde, la gente se lo piensa antes de acercarse a mí.

Supongo que mi apariencia de sargento distante hace que no de pie al palique.

Esto no quita que cuando alguien anda predispuesto y hay feeling, empiece la cháchara y nos liemos en un intercambio de infortunios verbales.
Luego piensas ¿Y qué le importa a "ese/a" mis desgracias, o a mí las suyas?

Pero creo que es algo que deberíamos practicar más, el platicar, porque exteriorizaríamos mucho y aprenderíamos más, no en vano está el dicho "mal de muchos, consuelo de tontos" (en el buen sentido de la palabra).

Lo más importante, aparte de escucharte es que no juzgan y no estan emocionalmente ligados a nosotros

Uff! tremendo tema... a veces siento que tengo un imán y un cartel que pone revele su rollo.
A veces me resulta ameno pero otras es como que, porfaaaa! Déjame vivirrrrr! esto me da pie a otro post y si quereis me analizais

Tengo imán para que la gente me cuente sus cosas, pienso que es porqué me intereso por las personas.
Hasta hace unos años he colaborado en Pastoral Sanitaria, visitando a enfermos y ancianos un día por semana, pero al morir mi prima hace tres años, me quede saturada de Hospitales y enfermedades, Bastante tengo ahora con visitar a mi suegra en la Residencia