Para comenzar con este debate sobre "toros sí, toros no", me gustaría explicar brevemente que, uno de los argumentos en los que los aficionados a los toros se basan está totalmente rebatido, de manera científica.
Cualquiera a quien le guste el toreo dirá que el animal no sufre, que ante situaciones de riesgo y de peligro, el morlaco genera una sustancia parecida a nuestra adrenalina que inhibe sus capacidades sensoriales y hace más soportable el dolor que sufre. Científicos que han analizado el tema en cuestión (creo que lo leí en "El Diagonal" hace unas semanas) han demostrado que tal situación si se produce, pero que el animal, una vez a generado la cantidad máxima de esa sustancia, vuelve en sí (por decirlo de alguna manera) y percibe con toda perfección el dolor que le supone la vejación a la que se somete.
Por supuesto, tampoco pueden decir que a la hora de asestar el golpe final, que suele ir dirigido a la nuca del toro; el animal no sufre. Se han dado casos en los que la espada dañó gravemente arterias del animal, otros en los que fueron pulmones los dañados, el sistema nervioso central...y, para colmo, la muerte nunca es rápida.
Saludos.