Naturaleza en Equilibrio

En este momento podríamos definir la felicidad como un estado de máxima realización personal. Sin reducir esa realización a una simple búsqueda del placer. Pero sí nos atreveríamos, quizá, a enmarcar todas nuestras acciones dentro de dos categorías tradicionalmente antagónicas: el bien y el mal.



Categorías opuestas de una dicotomía que no termina de tener una razón de ser eterna y universal. Porque el concepto del bien y el mal no ha permanecido inmutable a lo largo de la historia. Se le ha hecho depender del sujeto de la acción, del contexto y del objeto sobre el que recae la acción, e incluso se acepta como inescrutable cuando da la sensación de que no está en nuestra mano.

Recientemente he concluído que el bien y el mal son conceptos meramente humanos, terrenales y, como tales, limitados y temporales. Y que, por tanto, no deben tener excesivo peso sobre aquel concepto universal de felicidad. Es más, se me llegan a antojar que son leyes acordadas en sociedad y que evolucionan con ella.

Pero como el alcance de nuestras acciones va más allá de las relaciones humanas, y repercute además en el resto de la naturaleza, viva y muerta, entiendo que nuestra máxima realización personal tiene que ver más con una armoniosa relación con la naturaleza en su conjunto que con un riguroso cumplimiento de las leyes de los hombres.

Sobre todo si las leyes de los hombres atentan contra ese equilibrio al que constantemente tiende la naturaleza. Desequilibrio inducido del que tenemos más conciencia cuanto más analizamos el momento histórico en que nos encontramos por las circunstancias que atravesamos.

Hemos aprendido que el sistema económico global actual se basa en la competitividad entre seres humanos y en la explotación intensiva de recursos naturales y humanos, entre otros.

Que desregular esa competitividad conlleva aceptar el sacrificio parcial o total de los individuos precisamente menos competitivos, y en los términos en los que se compite. Y que no es posible el crecimiento continuo de la riqueza que se obtiene a partir de la explotación de unos recursos finitos.

Y por eso, cuando tomamos conciencia del desequilibrio que se produce en la naturaleza humana, debido a un desigual reparto de riquezas entre los menos instruídos en las reglas del mercado libre, y a la sensación de escasez que transmite la certeza de que los recursos son limitados, nos damos cuenta de la responsabilidad que tenemos cada uno de nosotros en restablecer ese equilibrio.

Un equilibrio natural que, por otro lado, tiene mucho que ver con las circunstancias en las que tiene lugar nuestra felicidad personal.

No creo en el bien y en el mal, es más, hace muchoq ue apenas los uso, son demasiado subjetivos

En cuanto al equilibrio...tal vez resulte que asi es como se equilibra el mundo...dejando que unos mueran mientras otros se dedican al hedonismo...

No se quién nos creó, pero fuera quién o qué, nos impregno de codicia, envidia y nos hizo amar la riqueza y el placer...

Apenas hay cabida para almas com Vicente Ferrer o la madre Teresa...

El mundo lo gobiernan lobbys y el resto de los mortales hace lo que puede...

No se si eso es equilibrio natural pero es el que hay...no soy optimista en este tema, más bien esceptica ante la actitud de los humanos...

maherencia escribió:

Hemos aprendido que el sistema económico global actual se basa en la competitividad entre seres humanos y en la explotación intensiva de recursos naturales y humanos, entre otros..

jaja, Mahe.... a las 03 horas me andas con estas profundidadessssss?

muy buena la reflexión... peeero no todo mundo ha aprendido lo mismo, afortunadamente. Yo al menos, no he aprendido competitividad negativa, ni explotación de recursos de ningún tipo ....y a estas alturas, apuesto a que tampoco lo aprenderé!!!!

y si yo no lo he aprendido, que no soy un lince, y que soy petarda, petarda... pues habrá muchísima gente con los mismos valores... preocupados por el ser humano y por el planeta, por hacer todo el bien que se pueda... y tratar de dejar el lugar un poquito mejor que me lo dejaron, si es posible!

así que soy optimista!!!!

Me sumo a tu opinión, Pelusa, creo que me faltan muchas cosas malas por aprender ¡y por muchos años!

Pluvis, tal y como has descrito ésto:


"No se quién nos creó, pero fuera quién o qué, nos impregno de codicia, envidia y nos hizo amar la riqueza y el placer..."

Huele totalmente al demonio!!!

Religiosa y espiritualmente hablando, nos creó, o venimos del amor, de Dios, o como quieras decirlo. No hay otro sitio, porque nada de lo importante, o de lo más bello, viene de otro sitio.

Es el demonio, lo malo, lo que siempre nos anda tentando, por fácil, por inmediato, por placentero.

Y nos dejamos tentar, porque en este mundo, unos sufren para que otros tengamos ese placer más inmediato y que nada tiene que ver con lo espiritual, o la felicidad.

Alcanzar la felicidad, una felicidad real no depende de otras personas, ni de su esfuerzo o explotación. No es así, y si así es, es una felicidad falsa, irreal, irresponsable, que daña al prójimo, a la naturaleza.

Tratar de alcanzar la justicia, la equidad, la bondad, en fin, encontrar a Dios dentro de nosotros en lugar de dejar que el demonio, lo malo y perjudicial para otros y lo fácil guíe nuestros pasos exige mucho esfuerzo, pero no hay otra alternativa.

Creo que sí está muy relacionado el Bien, y el Mal, con la Felicidad. Pero no con la propia, sino con la general. Y nadie que no ame al prójimo puede tener una vida completa, a la vez que nadie que no se ame y se perdone a sí mismo como es, podrá amar por completo a los demás.

Mahe, el mundo está lleno de indeseables, pero también de buena gente.

Por desgracia, lo malo se ve primero, pero yo he aprendido que la mente juega malas pasadas, o buenas según se mire.

Mi hermano, tenía sus defectos, como todos, y hacía que la convivencia fuera complicada e incomprensible a veces... Una vez que ya no está aquí, sólo vienen recuerdos buenos y bonitos, recuerdos que no sabía ni que existían... Y me he dado cuenta que ha hecho falta que se fuera para echarlo de menos y saber que le quería mucho mucho.

Hay mucha gente indeseable, envidia que te aparta del lado porque creen que eres un enemigo.
Incluso hay personas que creen que si no vas a favor es porque vas en contra.

La vida no es así.

Cada uno es como es y sus circunstancias.

No podemos meter a todos en el mismo rasero, es por eso que pienso que las leyes están mal hechas, pero, a quién le importa?

Pues al equilibrio... Creo que eso se consigue con los años.

Un equilibrio natural que, por otro lado, tiene mucho que ver con las circunstancias en las que tiene lugar nuestra felicidad personal

Invertiría los términos de estra frase:
Nuestra "felicidad" personal es la que nos llevaría a éste equilibrio natural.

Por tanto hacer la vida "fácil y feliz" a la gente sería una buena forma de encontrar el equilibrio natural en esta vida entre "el bien y el mal".

Gracias, me gustan vuestros comentarios, tan positivos, transparentes y sinceros.

Cuando digo "Hemos aprendido" creo que debería decir mejor "Hemos sabido", siempre hablando en nombre de a quienes tampoco nos han enseñado esas maldades en casa ni en la escuela y estamos abriendo los ojos a raíz de esta crisis sistémica.

Por desgracia, aunque logremos no ser competidores ni explotadores a muerte con quienes nos relacionamos en nuestro entorno, el hecho de participar en el sistema nos hace cómplices de quienes sí lo son, aunque no seamos totalmente conscientes todavía de ello.

Por suerte, sé que este tema no nos coge desprevenidos y que ya se ha hablado alguna que otra vez antes en este foro. Y que nos sobrará optimismo para hacer lo que tengamos que hacer en relación a la toma de conciencia, el consumo responsable y demás. Y si el pesimismo aparece en lo personal, para eso tendremos seres queridos cerca.

En cuanto al equilibrio perverso que habéis citado, también yo creo que es así. Puede ser un equilibrio de la inconsciencia o, peor, del autoengaño, de los que podremos salir en la medida en que queramos saber la verdad y actuar en consecuencia.

Y también aplaudo la idea de que el mejor equilibrio al que podemos aspirar es al de alcanzar la propia felicidad personal.

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Por cierto, con vuestro permiso, dejad que os recuerde que hace dos meses escribí aquí sobre cómo La Conciencia Dormida es cómplice del desequilibrio al que conducen los competidores y explotadores más feroces del planeta en https://relacionessociales.forosactivos.net/t4984-la-conciencia-dormida

Gracias, un abrazo.

Me parece que, independientemente del ser humano, que tanto destrozo causa, la Naturaleza es muy sabia y sabe encontrar por si sola el equilibrio.
Nos asustamos ante el envite, casi siempre brutal a nuestros ojos, de los fenómenos naturales, pero eso no es ni más ni menos que un restablecimiento del equilibrio. En la Naturaleza no existe el bien o el mal. Un animalillo por muy venenoso que sea no es bueno o malo. Un fuego por mucho destrozo que cause no es bueno o malo... Todo ello es equilibrio .

No creo en conceptos tan categóricos como el Bien o el Mal, sobre todo cuando son tan cambiantes en función de las épocas. Lo que era bueno o malo para la Inquisición, por ejemplo, no tiene nada que ver con lo que hoy en día consideramos bueno o malo.
No creo en hombres buenos o malos; hay acciones buenas y malas. Hay gentes competitivas, ávaras, impositivas, expoliadoras, explotadoras... y también tiernas, generosas, solidarias... ¡El ser humano es tán difícil de entender!

Siempre que hay una fuerza desequilibrante, habrá otra que intentará equilibrar la balanza. No hay que ser demasiado observador para darse cuenta de ello.

¿Felicidad? Es un bien interior, lo demás es mero espejismo.