otro curioso palabro: cainofobia

Es habitual escuchar a muchas personas decir en alguna ocasión expresiones tan corrientes como “a todo el mundo le gustan las sorpresas”, pero ocurre que, lo que a primera vista debería ser sinónimo de alegría por la sorpresa recibida, según quien las reciba se puede convertir en uno de los momentos más angustiosos de su vida.

Dentro de la extensa lista de fobias existentes hay una patología llamada cainolofobia (y/o también cainofobia o cainotofobia) la cual consiste en tener un miedo irracional e injustificado a las sorpresas, novedades, cambios…

Las personas que la padecen no son capaces de enfrentarse a procesos de cambios en sus vidas, así como a recibir cualquier tipo de sorpresa, visita inesperada o contratiempo que pueda surgir en cualquier momento.

Muchos pueden ser los factores y motivos que puedan desencadenar en una persona un episodio de cainolofobia, pero generalmente son individuos que están seguros de que cualquier novedad puede venir acompañada de una catástrofe o desdicha.

Debido a ello, los cainolofóbicos suelen llevar una vida llena de rutinas, con el fin de evitar y limitar cualquier posibilidad a que le ocurra cualquier novedad.

¡Uy, que bien! ya soy una cosa más...¡supermegacainolofóbica!

Yo sabía que era una maniaca patológica, pero no tenía ni idea que estaba catalogada: me gusta tenerlo toooodo controlado y claro, cuando algo se ma escapa, me entran las angustias y ansiedades.

No me gustan las sorpresas, prefiero estar prevenida para todo. Claro que, esta Semana Santa, cuando llegué a la casa de la playa me encontré con mi hija y mi nieta, que no me habían dicho nada porque iba a estar pensando en el viaje ellas solas y...¡¡¡me dio mucha alegría!!!

He de confesar que me gustan las cosas organizadas en mi vida, mis "rutinas" de horarios, pero por otra parte, soy un desastre y no tengo voluntad, así que rompo los esquemas... Y no puedo planificar cosas tan fáciles como mi día de fiesta y por ejemplo qué hacer en casa.

Vuelo según sopla el aire, ahora paso la roomba, me siento un rato, luego fregó, me siento otro rato... He visto unos retales, empiezo a planear hacer un neceser de bolso, uy, me voy al balcón a fumar un cigarrito... Y así puedo estar hasta la noche, que pienso en Qué he hecho durante mi día de fiesta, y me doy cuenta que "lo que me ha dado la gana según iban pasando las horas, o sea, perder el tiempo...

En fin, hay gente para todo.

Uy...pues yo creo que también lo soy un poco...y lo peor es que cada vez más!

Pensé que con la edad se me pasaría: cualquier novedad, algún sitio diferente que tengo que ir al día siguiente, citas médicas, o de lo que sea, hala, ya me paso la noche dándole vueltas a no sé exactamente el qué ¿llegar tarde? ¿llegar bien? ¿que salga bien? pero sobre todo, sobre todo, un deseo intenso de que pase, y que llegue la rutina de nuevo...

Pues eso, que cuanto más mayor me hago, peor lo llevo ¿os pasa a vosotras?

Pues no, no soy nada cainofóbica.
Las rutinas estan bien, nos ayudan a organizarnos y a estar cómodos y seguros, pero de cuando en cuando se agradecen las sorpresas, los cambios, las improvisaciones... eso nos mantiene despiertos.

Quizá antes un poquito, ahora na de na