El
punto medio es claramente el corazón, a medio camino entre arriba y
abajo, entre izquierda y derecha. El corazón que es puerta de un sentir
mayor se nos muestra como acorde entre sístole y diástole, lleno y
vacío, dentro y fuera. Tal vez ahí se produce la alquimia del camino.
Las
arritmias del carácter, las irregularidades del camino deben resolverse
en el Corazón. El latido impulsa, funde, baila con el paso ¿no es
cierto que los pies y las piernas mueven el corazón?
Pero
eso sí, hay un corazón físico y otro anímico, y uno más espiritual.
Quizás por eso, ni la fatiga de las piernas ni los mareos de la mente
nos deben confundir. Es el Corazón quien camina. Si el camino no tiene
corazón todo es mero descampado con señales. Hay que leer pues el
Camino con os ojos del corazón para descubrir las mentiras y las
ilusiones.
Julian Peragon