La carta

Hace unos días, recibí un regalo con una carta. No parece nada del otro mundo, pero os aseguro que me di cuenta de que hacía mucho tiempo que no recibía una carta, más allá de las facturas, propagandas y cartas del banco. Eso me hizo recordar que hace unos cuantos años, escribía bastantes. Familiares, amigos lejanos, y no tanto. Simplemente nos gustaba intercambiar escritos, estar más o menos pendientes del correo (será hoy, será mañana..., ya tenía que haber contestado...).

Poco a poco, la costumbre de escribir cartas se ha ido perdiendo. Es tan fácil alzar el teléfono y escuchar una voz querida al otro lado..., más ahora, con la tarifa plana, que no hay ni por qué preocuparse del tiempo. Finalmente, el gran dios internet, se ha impuesto. Nos viene como anillo al dedo eso de escribir un correo, enviarlo al instante y saber que seguramente, en unas horas o menos, tendremos respuesta. El cartero uniformado con la saca al hombro (ahora ya con carretón!) queda muy lejos. Internet es una pieza más de nuestras vidas, indispensable, e inmediato, será por eso que tenemos tan poca desarrollada la paciencia?.

Me hizo mucha ilusión esa carta. Es como tener una parte de la persona que la escribió. Una especie de retrato de ella misma, con sus trazos únicos y sus símbolos de puño y letra, no los standar de un teclado. Tengo que contestarla, y me he dado cuenta de que no tengo sobres en casa. Papel, puede ser cualquiera, claro. Y otra cosa, no tengo ni idea de cuanto cuesta el sello. Qué cosas, yo que había escrito montones de cartas, y sabía el franqueo hasta para fuera de España.

Como hemos cambiado. Como he cambiado. Reencontré un pedacito de mi pasado en esa carta. Y ahora, voy a añadirle un trocito más.

Porque no escribimos cartas?...Pasó de moda, no pasaron , ni pasaran ,

simplemente, se cambió el formato, ahora se escriben por este medio,

antes no existía internet. De todas formas, sí creo que se debiera recuperar

el formato en papel, escrito con más calma que el pulsátil latido de una tecla,

el papel y lápiz es mas íntimo, más concentrado en silencios, increíblemente

personal y directo y romántico. Por otra parte el alma se serena, anhela, y

espera como si de la vida se tratara, mientras no llega la respuesta ,que no

será inmediata, a diferencia de internet, en que todo va a una velocidad de

vértigo, pero tambien es propio en la misma cultura de internet, los productos

de usar y tirar.

He escrito muchas, muchisimas cartas en mi vida. Hubo una época en la que escribia al menos una diaria y recibia en la misma medida. Cada día me acercaba al buzón con ilusión por encontrar mis pequeños tesoros, que leía y releía. Y por supuesto, sumadas a largas horas de teléfono. Uffffffff ¡ cuánto teniamos que contar !

Llegó un día en el que esas cartas se relegaron a unas cuantas felicitaciones por Navidad y algunas postales desde el punto de veraneo.

Luego el teléfono , y ahora , con las nuevas tecnologias nos hemos adaptado a una nueva forma de comunicación. Hay que ir con los tiempos y adaptarse .

Pero este año , en uno de esos dias de nostalgia, decidí escribir una carta personal . Buff , fué una sensación muy especial, que de repente me transportó muchos años atrás... y creo que quién la recibio tuvo la misma sensación.

Es cierto. Recuerdo que yo era mucho de eso, de escribir cartas. Todavía conservo en una cajita de lata toda la correspondencia. Desde los 6 años empezé a escribir a un amigo que vive en Mallorca . Se perdío la comunicación hace años . No intercambiamos telefonos ni nada. Pero internet es un pañuelo , a lo mejor lo encuentro por aquí. Tambien tenía una red de amigos por Europa que apenas nos entendiamos porque el inglés era escaso. Pero no me importaría volver a retomar esas amistades , quien sabe , a lo mejor vía internet podemos retomar la comunicación.
Se ha perdido la ilusión de esperar la hora en que pasaba el cartero. je.
Bonito post Pan.

Has conseguido que me ponga nostalgica, ainsssss

Siempre me da un vuelco el corazón cuando en el buzón hay una carta con letra manuscrita ¡es tan escaso ya!

Es lo único que hecho de menos de las nuevas tecnologías. No sacrifico la rapidez ni de envío ni de respuesta, sobre todo cuando hay correos electrónicos que sabes son personales y no pps. Esos correos electrónicos personales que también te voltean el corazón.

Lo único, como decía, que echo de menos de este proceso, es la escritura manuscrita, que tanto aporta del que nos envió la carta.

Y cuando llegaba el cartero y después de hacer sonar el silbato decía tu nombre... y te lanzabas as escaleras abajo como una loca...

Y las cartas diarias al novio haciendo la mili...

Y el telegrama de las tres de la mañana, te encogías en la cama porque sabías que después del sobresalto ibas a oir los llantos por la casa...

Y esas cartitas que te obligabas a mandar a nosecuantas amigas porque si rompías la cadena te iban a venir tropecientas desgracias...

Y las tarjetas de Navidad, que siempre te llenaban de satisfacción batir el record del año anterior...

¡Qué tiempos!