El valor de una palabra

A veces, una palabra, una simple frase, que en otro momento podría pasar desapercibida, te cambia el día.

Se despeja el cielo, aparece el sol, y está anocheciendo.

A veces hay personas que abrazan hablando y apretan fuerte.

Feliz fin de semana.

Besos.

Me alegro por ti Pan y por el confort que sientes

Si, Pan, asi es, hay personas que abrazan hablando...pero estamos buscados por la Interpol, asi que mejor nadie diga mi paradero: el grado cero de la palabra

P.D.: Honestamente, la palabra a veces es un lastre ya que estamos a-pala-brados pero raramente a-pareados y tantas veces sutilmente a-peados, algunos días la palabra es una soledad de página llena de erratas, de juego sin instrucciones, de soplo sin fuerza en el aire, de cajita de música vacía de melodía...disculpa Pan, pero también existe el cartel de "se busca" para los palabreros...al menos tomo conciencia de nuestras carencias, y les doy cuerpo desde el hueco del alma ...no quise aligerar la rama de tu abrazo del que brota la palabra, sino sanar mi fruto palabrero, a veces incomprendido o que llega fuera de temporada....

A veces, una palabra, una "simple" frase tuya, Pan, acaricia mi alma.

¡Hola!

Para quien sólo ve lo explícito, "hola" es un saludo. Para quien sabe ver lo implícito, "hola" es una forma de entrar en contacto con el resto de las cosas y personas que existen. Puede llegar a entrañar un deseo de fundirse alma con alma con cada una de las que viven, vivieron y vivirán, sin límites de espacio ni de tiempo. Puede ser la melodía que ilumina nuestros pasos e impregna de nuestro ser a todo el que la escucha.

Pan_mi_Pan, siempre me gusta lo que llevan implícito tus palabras, tienes mucho ángel.

Talismán, los bebés no entienden las palabras de los adultos pero sonríen cuando huelen nuestra felicidad, y lloran cuando perciben nuestro nerviosismo y angustia. Tú nunca me has hecho llorar, y cada día entiendo mejor el idioma talismaní.

Mirela, tú me inspiras mucha felicidad sin necesidad de que lo expreses con palabras.

¡¡Booola vaaaa!!

Hay palabras que son un bálsamo para el alma
y otras que hieren el corazón.

Contrapunto,

Continúo a partir de tu comentario...

La intención del emisor no es inevitablemente interpretada por el receptor del mensaje. Me explico, palabras-bálsamo o palabras-puñal pueden ser interpretadas mucho más positivamente si leemos el mensaje implícito:

- "Intentas herirme, pero sé que lo haces porque necesitas que te ame de forma distinta a como lo hago ahora mismo".

- "Dices que me quieres como nunca has querido a otro, pero yo sé, porque lo he observado a mi alrededor, que tu amor es de los más sinceros que he recibido y que te entregas más que nadie, lo cual me hace sentir más afortunado de lo que creías hacerme antes de decirte esto".

Si mi concepción del mundo no me falla, siempre tomaré vuestras palabras como bálsamo y nunca como puñales. Así lo decido yo.

Besos cargados de sensibilidad


PD: Las personas en las que la intención del emisor y la interpretación del receptor coinciden en más ocasiones son las que mejor se entienden

Pan ..la palabra puede sacar lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros..

Con ella lloramos ..reimos .. es tanto su poder que puede hacer florecer sonrisas y derramar lágrimas

Me alegra que naciera una sonrisa en ti después de una palabra..

Sólo una palabra... AMIGA

Palabras...a veces tan íntimas que solo un desconocido/a puede leer.

Este cuento ilustra como las palabras pueden tener magia, como a veces según como expresemos las cosas el efecto puede ser positivo o todo lo contrario.

Dicen que había un ciego sentado en la calle con una gorra a sus pies y un pedazo de madera en el cual se leía; “POR FAVOR, AYÚDENME, SOY CIEGO”.

Un creativo de publicidad que pasaba frente a él se detuvo y vio unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cártel, le dio la vuelta, tomó la tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue.

Por la tarde, el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna; su gorra estaba llena de billetes y monedas. El ciego reconoció sus pasos y le preguntó qué había puesto en el cártel. El publicista le contestó: - “Nada que no sea tan cierto como tu anuncio pero con otras palabras”

El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cártel decía: “HOY ES PRIMAVERA Y YO NO PUEDO VERLA”.